El día miércoles en Buenos Aires, mientras en Bahía Blanca se esperaba la ayuda de todos y cada uno de los argentinos pero principalmente la ayuda estatal, ya sea del gobierno nacional, provincial o municipal, en la ciudad de Buenos Aires pareciera que las fuerzas del cielo descendieron a la tierra… y dieron vía libre a la represión.
Cuando el presidente habla de las «fuerzas del cielo» y afirma que son las que respaldan sus decisiones y por ende, su gobierno, es fácil deducir de qué fuerzas se trata. Siempre es bueno observar los frutos para discernir si se habla de fuerzas celestiales de parte de Dios, o de algún rincón oscuro del cielo.
Por los hechos ocurridos en Buenos Aires los (frutos visibles) podemos deducir que han descendido a la tierra fuerzas oscuras y demoníacas, que parecen haberse desatado sobre la ciudad y aún deambulan por los ex “aires buenos” de Buenos Aires.
¿Este será el camino de este gobierno? ¿Estamos ante la presencia de un gobierno que actúa con maldad, utilizando las fuerzas de seguridad que deberían estar al servicio y protección del pueblo en contra del mismo pueblo?
Podemos ser espectadores y escuchar las dos campanas: el Gobierno habla de un intento de golpe de Estado, mientras que la oposición sostiene que se trataba de una legítima protesta. En el medio, los más pobres y abandonados: nuestros jubilados, quienes fueron reprimidos brutalmente por estas supuestas “fuerzas del cielo”, sin contemplar su edad ni su situación.
No importa de qué lado estés. Pero lo que no podés hacer es ser ajeno a la realidad de los jubilados en Argentina. Y si no te importa, es muy triste que pienses así. Todos caminamos día a día hacia la vejez. Solo mírate al espejo y lo entenderás.
David Sebastián Arrighi