Los primeros días de 2025, lejos de apaciguar los ánimos políticos del Distrito, magnificaron las incongruencias y desatinos de la iniciativa del alcalde Otermín de montar una actividad política que lejos de mostrar fortaleza territorial, dejó en claro una módica estructura propia, sin musculatura aparente, luego de un año de gestión.

Bajo la denominación de Plenario de la militancia Peronista, donde no se escatimó en la utilización publicitaria del Partido Justicialista en todas las formas existentes, Otermín instruyó el armado de una actividad con la que pretendía seguramente darle un cierre político rimbombante a un 2024, aunque sea solamente en las formas. Es conocido por los sub cuarenta que un plenario de la militancia peronista es una reunión donde se congregan los miembros activos del partido, con el fin de discutir y manifestarse sobre temas políticos y estratégicos para luego tomar decisiones y posturas políticas.

En estas actividades se buscaba fortalecer la unidad y cohesión dentro del partido, se abordaban temas como la planificación política, la organización de una agenda de continuidad política y promoción de los ideales peronistas.

Los plenarios solían ser espacios para el debate y la reflexión donde los militantes puedan expresar sus opiniones y se traslade a la dirigencia la opinión de la calle, son momentos claves para la vida interna del partido, donde se buscaba fortalecer, la unidad, la organización y como extender la propuesta política del peronismo a todo el Distrito.

En el caso de Lomas de Zamora se realizó una reunión utilizada con la fachada simbólica de PJ, con ornamentación simbólica onerosa y que logró la presencia de 1300 de asistentes acreditados, entre los que se encontraban militantes genuinos, empleados y funcionarios más las cuarenta familias completas del peronismo lomense que incluyen a bisabuelos históricos, abuelos, continuando la cuenta hasta los nietos y nietas, vinculados laboralmente a la comuna.

No pasó desapercibido que las instrucciones para la actividad que pretendía el Jefe Comunal, fueron trasmitidas al funcionariato lomense por un nuevo personaje conocido, hoy como “EL Comisario Político” que fue quién emitió las directivas y articuló las acciones a seguir durante el desarrollo del Plenario de la Militancia.

En primer lugar, se citó a los funcionarios de mayor jerarquía y se conminó que las mesas políticas del distrito, todas a cargo de funcionarios o allegados, elaboren una tarea de tres ejes que consistía en un documento peronista, un proyecto de gestión y alguna sugerencia de campaña.

Ante la mirada atenta del novel Guardián de la incipiente ortodoxia política peronista lomense que en estos días se encuentra vacacionando, toda la estructura municipal se puso manos a la obra, algunos con ignorancia supina del tema, por cuestiones biológicas, otros, preocupados porque no entendían que pretendían sus superiores y otros, más veteranos y por ende más preparados para el análisis inmediato, advirtieron que estábamos frente a un fraude que tenía como objetivo final una gran foto, excusa que permitiera la viralización de un video grabado por el propio Otermín.

Si Otermín llevaba al momento, más de doce meses al frente del Ejecutivo, con el HCD casi cerrado, comandado por un ex PRO y con una oposición reducida y cordial, ¿qué sugerencia podía solicitar en un Plenario de la Militancia Peronista?

Otra cuestión que llamaba la atención era que se pedía sugerencias de campaña, cuando todos los lomenses saben que desde Jorge Rossi para acá todas las campañas se hicieron a través de empresas privadas Tigre-capitalinas y que en el último tiempo se siguen además las normativas emanadas de la Cámpora.

Resultó raro que todos los documentos, proyectos y sugerencias de campaña, debieron ser enviados con varios días de antelación para que “El Censor, mil rayitas”, cumpla su rol de inquisidor del pensamiento de la militancia peronista lomense y evalúe que todo resulte acorde a la iniciativa real de la actividad que desarrollaría bajo la fachada del Partido Justicialista.

No causó mucho agrado que el flamante “Jefe de la policía del pensamiento peronista” que designó Otermín, debía garantizar una suerte de picnic partidario, donde todos celebraríamos una juntada con conocidos militantes de otras épocas, amigos y compañeros de distintas zonas.

Lo cierto es que “El Inquisidor”, se ocupó hasta de los detalles gastronómicos, demostró su amplitud de criterio cuando permitió la lectura de un documento por parte de un joven de Fiorito, no le resultó agradable la expresión documental del Movimiento Obrero Organizado, se dejó influenciar por un personaje minúsculo, que siempre se queja de no ser consultado, cuando las organizaciones sindicales más representativas de la Región toman decisiones importantes y juntos inventaron un inexistente enfrentamiento y finalmente dejó al intendente Otermín sin el aporte sindical, ya que se pudo advertir presencias individuales diseminadas por el Parque de Villa Albertina.

Mala experiencia, para la militancia lomense y reflejo de la expresión peronista que se pretende hacia adelante y que circuló entre los propios contextos de internet creados en redes sectoriales, cargados de fotos y videos, donde al mejor estilo Milei se pretende hacer de la mentira, la farsa y la simulación un éxito político.

Muy poco sabor, sin mística y demostración clara que se está pescando en la pecera, ante la vista del “Comisario Político”, otro hijo putativo del “desaparecido” lomense en épocas de esmeraldas.

Por Jorge Flores

Especial para Agencia de Noticias 707

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