En las últimas semanas la película de Mario Bros ha sido tendencia tanto por lo buena que es como por la canción de Bowser: Peach. En la imagen, Jack Black quien da voz a Bowser es quien está al frente.
Lo interesante de esta foto es que el creador original de toda la franquicia de Mario y más, se llama Shigeru Miyamoto y es quien está al fondo de la foto como un extraño más del montón de fans, mientras que Jack Black roba toda la cámara. Si vemos las entrevistas de ese momento, veremos a un Miyamoto sin molestia alguna por un Jack que acapara toda la atención, pese a Miyamoto ser el creador.
¿Cómo lidias tú con eso? Cuando empecé a servir puse tanta pasión que terminé siendo servil, termine intentando ganar la aprobación de a los servía. Luego esas personas se volvieron la voz dominante en mi corazón y formaron mi identidad. Sin darme cuenta me volví su esclavo.
Después de algunos años comprendí cosas vitales para que estas cosas no me destruyeran. Aquí te dejo una: lo que importa es que tú sepas quien eres; si tú identidad depende del reconocimiento y aprobación de la gente, no importa cuánto logres, cuán capaz y exitoso seas, siempre vivirás con un vacío de fracaso y sin identidad.
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Pero si tu identidad está definida, daras todo lo que tienes aunque otros sean reconocidos por lo que tú hiciste; dejas de pelear plataformas y aplausos, te centras en la misión que se te dio sin necesidad de reflectores. No es que eso no importe, es que no importa lo suficiente para alterar tu identidad.
¿Cómo logramos una identidad inquebrantable? En Cristo. Yo no soy lo que estudie o lo que hago; no soy mis logros ni mi dinero; no soy un bullicioso aplauso ni un elogio con admiración; tampoco soy mis fracasos, ni mi incapacidad ni mi limitación… yo soy hijo de Dios. En Él está segura mi identidad más allá de mi capacidad y el reconocimiento de la gente. Lo que soy, lo soy en la Gracia redentora de Cristo. Allí los celos, la inferioridad y el enojo que nacen del servilismo y el hambre de poder no tienen espacio, porque no se trata de mí, se trata de Cristo. Así que quien se lleve los aplausos jamás se llevará mi identidad.
By Federico Damelio para Agencia de
